Hay tios que se le ocurre la idea, sin venir a cuento, de hacer coches y montan una industria automovilística (que es un manera de decir al por mayor) e invaden el mundo con sus exportaciones, desde luego, que, ayuda y mucho, apedillarse Ford; otros, un día, desayunando, dicen voy a inundar el planeta de cereales y va, a tomar todos Kelloggs por un tubo, que además no fabrican para otras marcas (ni blancas ni negras) y así con todo.
Llegado a este punto si te llamas Enoch Light, se te tiene que encender, por fuerza, la bombilla, y no te vas a a dedicar a fabricar coches ni copos de maiz, (que ya están cogíos) y entonces que haces? pues muy fácil, si has estudiado violín más o menos pues te vas p'al campo de la música, que es lo que conoces, y, entonces creas una fábrica de música, dicho en plan fino, una casa discográfica. Pero no lo vas a hacer tu sólo, que sería un paliza, pues entonces te rodeas de los mejores colegas que tú ya conoces y le llamas Grand Award, o Command o Project, o, los tres nombres, en diferentes fases y vicisitudes. Y así fue.
Y me alegro cantidad, a pesar de que nadie tenga narices de reeditar estas joyas, que no es que estén pasadas de moda: es que son clásicos y son para oídos exigentes. (Los paladares exigentes es otro sentido / departamento.)
