A ver, a los blogueros se nos ha sobrevalorado y ahora resulta que somos los brujos de la tribu. Se nos concede una área de influencia que no te la acabas, pero, tampoco, es para tanto.
Somos unos pilares, unas columnas de la sociedad, unos puntales, unos "sargentos", está claro, pero a ver, estamos limitados y llegamos hasta donde podemos, humanamente hablando.
Que si, que está claro, que somos la luz y el guía de millones o más de presonas, desorientados en su mayoría, gente que busca y no sabe bien lo que encuentra, y entonces entramos nosotros y le cortamos las hojas a la coliflor.
Te la damos pelada. Lista para consumir. Libre de follaje.
Ejemplo práctico que es más didáctico. Poco puedo, humanamente hablando, hacer yo para que te guste el piano. Su música. Y más, tocada por un canadiense. O sea de Canadá, que quede claro.
Nuestros prejuicios son tan caprichosos y gozan de tanta libertad, que tienen asignada (pre) a cada nacionalidad una disciplina, una función, donde se hallan bien encajados, acordes con su entorno, en donde sobresalen y para lo que están especialmente dotados. Y a los canadienses los veo como jugadores de hockey hielo, dándose leches entre árbitros que parecen jockeys descabalgados que hubieran perdido su montura, y si Diana Krall ha triunfado, que duda cabe, mucho más alto habría llegado si fuera de Arkansas o de Luisiana. A los pianistas de jazz los veo de USA y tira pa´lante.
Que quieren que les diga. No lo puedo evitar. Como a los practicantes de kung-fu me los creo más con los ojos rasgados. Carradine era de pegote, de serie, de mentira.
De Louis no puedo decir nada. Ya le he presentado algunos trabajos y mira adonde lo he encumbrao. Hay un truco y es este: si consigues romper esa barrera psicológica que seguro te separa, te aisla, asociada a canciones antiguas del ragtime y diablos amolaos, entonces, estás perdio. Caes en sus redes, y, seguro, que te va a gustar.
Con Gordon Jenkins, efectivamente, reunimos y completamos el cuarteto de directores de orquesta por excelencia, que tuvieron el mérito entre otras cosas de contar todos, los cuatro, entre sus pupilos, a Frank Sinatra y quizás, hagan pleno, también con Nat "King" Cole. Así, cualquiera.
De todas maneras, si hemos de elegir, prefiero las grabaciones con Louis Armstrong en Satchmo In Style. Son más primitivas pero más naturales. Más directas. Bueno es que, la verdad, amo a Louis.
Otra vuelta de tuerca, otro eslabón en la cadena, díganle como prefieran, en la carrera de Louis Armstrong para hacerse un nombre, que, no un hombre,esta vez de la mano de Gordon Jenkins; famoso arreglista y director de orquesta que más tarde trabajaría con Nat Cole, Sinatra y demás pijerío de la época. Nótese ya la importancía en aquel entonces de estos personajes, tal llamados conductores, imprescindibles, pues, habían una cosas que se llamaban orquestas y era necesario dirigirlas,............
...., y, en general , para cualquier actividad se requerían personas preparadas, y, no sólo comisionistas ni gente de esta que pasa en la construcción, por ejemplo, una obra o proyecto a otro, que a su vez lo larga a un segundo para que que sea un tercero o cuarto quien, finalmente, lo acaba endosando al tío Paco y su cuñao, por cuatro euros, y, los demás se limitan a engordar la factura hasta límites insospechados. (Perdonen esta salida de tono)
Siento una especial predilección por este Lp, por esta portada, por este trabajo. Curioseando en una tienda de excedentes y restos de serie, me salió al encuentro este vinilo, editado por Brunswick para el mercado francés con guía de escucha de canciones como se solía hacer. Y aunque lo disfrutaba ya, en Cd, acabé adquiríéndolo. Anda, enredado, por ahí, con la intención final de enmarcarlo, y, lucirlo como un cuadro, en alguna pared del salón.
Su temática, como su propio nombre indica, es cuasi religiosa. pues recoge una docena de cantos sagrados acompañado por el coro de Sy Oliver y con The All Stars. Es muy recomendable, y, hasta apto, para no creyentes, y una vez que superas, esos falsos temores y complejos relacionados con su adscripción, entra muy bien.
Veamos, con que gusto y sabiduría, lo presentan en el mencionado LP:
"Le choix des spirituals est excellent et ce disque réunit une douzaine de classiques choisis parmi les chants sacrés du peuple noir des Etats-Unis. Louis les chante avec une saveur toute personnelle, tour à tour solennel et jovial. II joue souvent de la trompette aussi. Satchmo prend un plaisir évident à reconter les histories du Bon Livre et sa voix chaude et sa trompette vibrante communiquent ce plaisir à tous ceux qui l'écoutent."