I'm Getting Sentimental Over You
Al quedar en desuso la querida costumbre de escribir cartas, la correspondencia epistolar, nuestros buzones particulares, trabajan para el enemigo, convertidos en terminales colaboracionistas con la Administracción -Organismos Oficiales, recogiendo avisos, sanciones, y, toda suerte de notificaciones de impuestos y tributos. Sometiendo el trámite de su apertura en una decisión, repetidamente, aplazada por desagradable.
Es impensable rescatar del lóbrego receptáculo una carta normal, donde una antigua novia, por ejemplo, confiese que si, que se lo ha pensado mejor, y rectifique, anunciándote, que donde se alzaba un muro insalvable para vuestra común amistad, se extiende, ahora, una espléndida autopista de seis carriles por banda viento en popa a toda marcha, sin peaje, incluyendo, como prueba, un pétalo de una humilde flor, desecado.
O de Carlitos, repartida 50 años tarde, desde el Ejército, con una foto sepia donde empuñando un fusil, como se maneja una guitarra en un grupo de rock, y, con cara de definir, como en el viejo chiste, las partes de las que consta, en dos: fu y sil.
Bien. Armo todo este alboroto, todo este festival de incruentos fuegos de artificio para rogarles una atención, un detalle, de su parte.
Nos le pido una misiva a la antigua usanza, con franqueo de trajes militares de época o regionales; simplemente, un simple comentario. Aquí abajo.
Esta relación funciona mejor cuando los lectores, si los hubiera, se manifiestan, afloran y participan.
A lo que deduzco, está leyendo esto, y, sin embargo, nada se de usted. Como es? A que dedica el tiempo libre? Merecería un saludo (cordial) de su parte?
Fulgen.
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