Siguiendo el tema central y la razón de mi existir, como paciente observador de la sociedad, habíamos coincidido en que la estupidez humana rebasa todas las proporciones imaginables, como lo demuestra la aceptación generalizada del verbo "flipar", por citar un indicativo del lenguaje, que justifica, y, ofrece el baremo / predictor de la situación deficiente que nos ocupa.
Hay más, todos tenemos a mano situaciones, hechos, que ilustran ésta manía mía, este caos que nos gobierna aderezado con inventos imposibles, y, útiles sofisticados, totalmente prescindibles.
Les presento esta moda que nos invade que desbanca al barrer tradicional, (si yo tuviera una escoba) por unos aparatos ruidosos como secadores de pelo para leones, que no absorben, no chupan, (que bonito es el verbo chupar siempre que los conjugue otro y sea tú el conjugado) y, solo, levantan y trasladan la suciedad, el polvo, (que bonito.....!) de lugar, consiguiendo acabar con el antiguo y humilde oficio de barrer.
Ya no quedan barrenderos al uso, de aquellos que cuando llegaba la Navidad se pasaban por tu casa con una tarjeta con gorra de plato, deseándote buenas fiestas, y, ni tan siquiera eran de tu zona, ni posiblemente fueran de plantilla, y se cruzaban en el rellano con el farolero y el sereno, en un festival de servidores de la sociedad.
Ahora tenemos técnicos en dispersar la broza, un ejército de insufladores, costosamente equipados, y, que quieren que les diga, eso es matar moscas a cañonazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario