miércoles, 29 de abril de 2015

Confesiones, sin pudor, después de la Publicidad (Um Cantinho, Um Violão)















Inclinações Musicais

En un descuido del severo régimen que mantengo, para no ver televisión, más allá de lo inevitable, me sorprende un monográfico sobre la salida del armario de un actor de éxito, antiguo pescadero, que parecía querer mantener en secreto, hasta hace poco, pero a causa de estar sufriendo un desamor, ya puestos, (es reconfortante buscar la curación hablando de la causa del dolor tanto como apetece fumar cuando estás acatarrado) explica como por medio del gimnasio se va viendo más favorecido, y, mejorado, consecuentemente, lo cual es doblemente satisfactorio.

Unas pinceladas sobre la dificultad que conlleva hacerse un hueco en cualquier profesión a partir de unos comienzos duros, como no podría ser de otra manera, para volver al tema central de la ruptura con su pareja, y relata como en la consulta al psiquiatra le peguntó si era normal que le gustaran tan jóvenes, a lo que el doctorsito respondió: que "pezqueñines, si, gracias". El hermano listo de Scott Feather.-

viernes, 10 de abril de 2015

EL INSULTO COMO FORMA DE RELACION Y ABRE PUERTAS




El insulto ha perdido toda su fuerza/crudeza, y, con ello su virulencia y efectividad. Desprendiéndose de ese efecto final que pretendía, según grado, molestar, herir u ofender.

Ahora, hijoputa, todo de una vez, es un saludo que denota cordialidad, y  buen rollo. Y esto está asumido por todos, y, ya, nadie se molesta ante una de las múltiples, y, ricas variantes de insulto que nos distinguen.

Sorprendía que los jugadores de fútbol foráneos, y, deportistas de otras disciplinas, lo primero que aprendían de nuestro idioma era insultar/blasfemar. (Escupir ya lo traían aprendido). Era una forma de integración rápida y efectiva. De conectar con nuestra idiosincrasia por la vía más popular y directa.

La siguiente anécdota ilustra mejor que nada la veracidad de los expuesto.
Asistiendo a un accidentado partido de hockey patines, el arbitro soportaba, como de costumbre, estoicamente, toda suerte de improperios con mención especial a familiares de primer grado y antepasados incluidos, insultos gruesos, inadecuados siempre, y, desproporcionados, para lo que allí se estaba sustanciando.

Llegado a un lance concreto del encuentro, y en este punto determinado, alguien introdujo una novedad entre tanta palabra soez, llamándole: ¡torpe!. En ese mismo momento como disparado por un resorte, el arbitro, se dio por aludido y suspendió, inmediatamente, el partido, ofendido en su más profundo ser.

Hubo que emplear Dios y ayuda para, calmarlo y, finalmente, reanudar el partido.

domingo, 5 de abril de 2015

FIJANDO Y DANDO ESPLENDOR, COMO UN NETOL-ETE


Interlude
(Nota:/Aviso : estreno riguroso en la Red)

En esa transformación evolutiva y lógica del tipo de vida actual, se pierde el gusto y el interés por muchas cosas y, en sustitución, aparecen otras nuevas que reclaman nuestra atención, arrinconando modelos, tendencias vigentes hasta hace bien poco, en un ciclo imparable y natural.
Una de esas conductas o modos alterado por diferentes factores, que no goza, por tanto, de su mejor momento, es la escritura en general y la gramática en particular: el lenguaje, finalmente.
Tratándose de la valiosisima herramienta, base de nuestra comunicación, sorprende ese estado descuidado, y, la desatención que se le dispensa. Hojeo, estos días,un libro prestado de Selecciones del Reader's Digest, La Fuerza De Las Palabras (cómo hablar y escribir para triunfar) que es todo un desafío.

Lo consulto a propósito del título de una obra de teatro(!) cómico en cartel, titulada: Dos Caras Duras En Crisis.


Explica que los nombres compuestos por dos sustantivos, ejemplo: Hombre rana el plural es, hombres ranas como excepción, pues es el primer sustantivo, quien, normalmente, toma la forma del plural, y, cita varias expresiones compuestas: coches cama, partículas clave, sombreros hongo, mujeres araña, escuelas modelo, 
niños prodigio, argumentos clave, sueldos base.

Al final, caigo en la cuenta, que, quizás, este caso no es el que nos ocupa, y, que, directamente, debería haberse escrito: Caraduras, pero los efectos de la crisis son, ciertamente, devastadores.

CANCIÓN INDULTADA DESPUÉS DEL ESTALLIDO EN UNA RELACIÓN AMOROSA CONVULSA QUE NO VIENE A CUENTO, O, LA CIUDAD ES PARA Mí.



Durante los días festivos encadenados, en ese periodo conocido por puente/acueducto, las ciudad gastada recobra una fisonomía de postal antigua, y, deviene en un pueblo grande y callado. De una dimensión asumible, humana, practicable.

Alterando, su diaria algarabía, y, trasiego de Babel moderna, en un espacio amigo, confortable, donde la vida transcurre, perezosa, a una velocidad de 33 rpm, pausada, calma, sin ánimo de competir, por la mortal evidencia de que nos vencerá, y, secundará a todos. 

Con un tránsito menor, amable, casi imperceptible. Aquí un ciclista accidental destronando a una paloma en mitad de la calzada. 

Sus calles, vacías, parecen tomadas por un invisible gas, benigno, que aullentara a las personas, o, que sus pobladores, fueran tan tímidos que, no osaran salir de sus casas.

O que hubieran descubierto los efectos curativos, reparadores, del silencio, y, estuviera prohibido, con tarjeta y expulsión, mancillar su benefactora quietud.