domingo, 22 de noviembre de 2015

De lo Divino y lo humano



Los sucesión de los días han empujado el final de la semana, pegajosamente, y llegado el domingo, ante ninguna expectativa de gasto extra ni corriente, encerrado con un solo juguete, nada más a mano, asequible y paliativo, que reflexionar.

Es decir, buscar esa razón oculta que nos engañe / consuele, y, nos permita, seguir adelante. Hacer balance, establecer el suma y sigue a decepciones y sinsabores del día a día, repasar la crónica mundana o personal, de lo que pudo haber sido y no fue, lavar nuestras culpas, y, en último extremo, cambiar / vaciar el vaso rebosante de pequeñas miserias por otro nuevo, listo para rellenar.

Sirve cualquier hecho o circunstancia. El campo de trabajo es ilimitado. De lo divino hasta lo humano. Vale todo.

Desde el frotar se va acabar, hasta preguntas existenciales relacionadas a que las cosas cuesten tan caras siendo nuestra vida terrenal tan corta. 

Puede uno preguntarse sobre la obscenidad de los ingresos de los futbolistas, proporcionalmente inversos a su preparación académica o intentar escudriñar sobre el camino que sigue la bajada de precio de la gasolina, que, teniendo la misma distancia del de subida, tarda el doble y pierde parte de su efectividad y cuantía en el recorrido.

Sobre la vacuidad de los políticos o el tedio televisivo. Averiguar a que se debe que el peso del pan no cuadre con el anunciado. 

La inoportunidad de la foto de este encabezamiento, o, simplemente, interrogarme porque te sigo queriendo después de 40 años juntos, o, quizás por eso.

4 comentarios:

  1. Mejor rellenemos el vaso de Raimat y hagamos unas risas, que los domingos están para eso. Un abrazo.

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  3. Creo que conozco a todos los guajiras de este blog. Voto por lo del Raimat y las risas (sobre todo las vuestras). Besos

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