miércoles, 23 de octubre de 2024

Resumen: Dejar de fumar / A Day In The Life

I Should Care

Lesson 00

"Como contestación a mi educada negativa a aceptar un pitillo porque YA no fumo, con un: ¡vaya suerte!, expongo, por si sirviera de algo, una manera de dejar de fumar, donde el azar no tiene ninguna opción ni alternativa."

Notas preliminares

Estas lineas de ayuda tendrán validez si van dirigidas a aquellos que, en algún momento, se han planteado la posibilidad de romper con este vicio, pero, no saben como ni por donde empezar. La empresa les supera.

Es demasiado fuerte el vínculo que mantienen, les da vértigo sentirse privados de su compañía, y, se sienten incapaces de dejarlo. Es decir, necesitamos una cierta predisposición por parte de los adictos, pues, sin su consentimiento y disponibilidad, nada podremos conseguir.

Se trata, por tanto, de ofrecer un flotador sólo a aquellos, que deseen, con su esfuerzo, salvarse.

Nadie te enciende tus pitillos.

Sorprende como un hábito que precisa tu colaboración plena, y, su consumo, solo dependa de ti, cueste tanto romper con él.



Voluntad, divino tesoro.

Es por esta falta de voluntad que se nos antoja imposible conseguirlo. Esta facultad se educa pero, ahora, no tenemos tiempo ni es el mejor momento para intentarlo.

Ahora, hemos de destinar todo el esfuerzo a nuestro objetivo primordial, y, no podemos dispersarnos.

Un poco de épica

A veces nos quejamos de soportar una vida demasiado anodina, lineal y previsible. Alberguemos la posibilidad de cambiarla. De ofrecernos algo que nos enorgullezca, y, que, mejorándonos, nos haga sentir bien. A falta de lírica, un poco de épica.

Dejar de fumar, responsablemente (Lesson one)

Preparando el camino 

Formar el nido o componer un cesto

Observemos con que esmero y mimo, las aves eligen los elementos, los transportan y los depositan, en una obra de ingeniería primitiva, para formar su nido.Imitemosles sentando las bases, considerando y enumerando todos los argumentos positivos por los que merezca la pena dar el "gran" paso. Aceptar el reto. Dejar el vicio.Compongamos, si es necesario, para auto convencernos y empujarnos a la acertada decisión que vamos a afrontar, una lista donde se reflejen todas las enormes ventajas que justifiquen nuestro cambio de hábito.

- Saludables (la principal)

 - Económicas (ahorro, la más poderosa y contundente)

 - Sociales  (los fumadores están perseguidos, señalados)

 - Laborales  (dependencia y recelo de los compañeros)

 - Personales (auto estima, progresos deportivos, los besos y las manzanas volverán a saber como antes...) 

y seamos generosos anotando el mayor número de ellas. Se trata, como es natural, de volcar en un plato de la balanza el mayor número de elementos para inclinarla y ayudar a fortalecernos en ir considerando, seriamente, la posibilidad, aún lejana, de dejar de ser consumidores.

Dejar de fumar, porqué no?. (Lesson two)


"Si crees que es demasiado tarde para iniciar algo, empieza sin más", sea, posiblemente, un frase chorra; pero cuidado! con el poder de las frases chorras, los chorras a secas, y, los churros con porra.

Evaluación y tanteo

Entramos en una primera fase, donde no existe compromiso formal de nuestra parte y sólo estamos mareando la perdiz, deshojando la margarita, evaluando ciertas posibilidades. No tenemos prisa. Es una decisión repetidamente aplazada, dilatada. A la que tememos enfrentarnos y está en el apartado "a considerar."

Asisten en nuestra defensa, disculpas de este tipo: 
"conociendo los efectos malignos del tabaco que en nuestro organismo no se perciben, más allá de la tos matinal y el áspero sabor de boca, por tanto, no existe una necesidad imperiosa ni imposición médica que nos obligue a actuar con rapidez. Es más, esos efectos nocivos que perjudicaban seriamente la salud, para más tarde, el fumar mata, son para el resto de los humanos, pues por una extraña razón, nosotros, somos inmunes; lo son para los otros, para los demás que son unos flojos..."

Aún así, desechemos estas justificaciones engañosas. Lógicas, pues, tratamos de privarnos, voluntariamente, muy a nuestro pesar, de hacer algo que hemos hecho normalmente hasta ahora, y, que nos proporciona un cierto placer y tal.., ¿como?

...Ilusionemosnos (como se verá).

Dejar de fumar, es posible (Lesson three)



La esperanza es lo último que se pierde y la ilusión lo primero que necesitamos.

Nada valioso se consigue/concede sin dificultad, sin esfuerzo. Y al esfuerzo lo mueve la ilusión. Por tanto, abracemosnos con el candor de un principiante a ese cambio, a largo plazo, que hará sentirnos exultantes, satisfechos, triunfadores, renovados. Y aparezcamos radiantes ante el éxito que sin duda vamos a conseguir. (Parece traducido directamente del sánscrito.)

-Dibujemosnos el mejor de los panoramas.

-Visualicemos liberarnos de esa pequeña servidumbre y dependencia de proveernos de tabaco y la incomodidad de conseguirlo fuera del horario comercial.

-Sintamosnos inquietos, excitados, motivados ante esa decisión que estamos próximos a adoptar.

-Afortunados de albergar esta necesidad nueva y maravillosa que se nos despierta para ser diferentes. (Si los demás pueden, también lo lograré yo).


Consigamos, en definitiva, establecer puentes, estrechar la brecha existente entre la situación que soportamos ahora de disgusto y culpabilidad, y el nuevo estado al que aspiramos, facilitando el paso sin caer en el precipicio y sin sufrir un desengaño.

Admitamos, finalmente, que también nosotros somos capaces y nada impide que podamos conseguirlo.

Ya veremos como. Lo importante, ahora, es despertar el deseo. Soñar despierto; imitar a nuestros amigos, Víctor o Aurora, o Ana o Jesús,  que hace entre cinco y siete meses que lo dejaron, y, felices,  lamentan no haberse decidido antes.

Dejar de fumar, más cerca (Lesson four)


Un resumen, nos vendrá bien:

Se trata, como habrán notado, de dejar de fumar. Pero de una manera amable, civilizada: como se dejan las parejas, se separan, actualmente. Sin estridencias. Sin aspavientos, que no se bien que quiere decir, pero, eso, sin irlo pregonando por ahí: voy a dejar de fumar! 

Nada; de una manera callada, intima. Como el tesoro más preciado que podamos conseguir. Como la oportunidad que nos hará cambiar, mejorar y ser diferente. Ese pequeño motivo que nos hará sentir, profundamente, orgullosos. Dichosos, felices, comamos perdices o no, pero contentos, enormemente, de llevarlo a cabo, a buen puerto, a consumarlo.

Y para ello, solo debemos arrancarnos, un compromiso que va mas allá del que une a los mafiosos: el deseo sincero de movilizar toda nuestra energía, nuestra disposición y voluntad para conseguirlo. Esto es: "el deseo sincero de movilizar toda nuestra energía, disposición, y, voluntad, para conseguirlo. 

Ojo! con lo que os estoy pidiendo: un compromiso particular, y, propio, donde no valen medias tintas, ni medias verdades, que iremos madurando juntos para dar el gran salto, con la red de seguridad que yo te pueda ofrecer, pero, que deberás dar tu solo/a.
Aceptémoslo como una diversión, como un juego. De una manera deportiva, olímpica, en la que, seguro, vamos a ganar. Si, GANAR, TRIUNFAR: Consiguiéndolo.

Y Un Día Dejé De Fumar (A eso vamos condenados) Lesson five


Hay diferentes formas de dejar el vicio, de dejar de fumar y existen personas que son capaces de hacerlo «ipso facto», de hoy para ya. Dicen que ya no fuman más y mantienen su decisión, su palabra. No fumarían más ni aunque les pagasen/pegasen.

Se tiene que estar muy seguro, de todos modos, para hacerlo así. A la brava.

Es más, lo desaconsejaría, pudiendo ser, esta ruptura contraproducente y traumática.
Puede incapacitarnos para abordar una segunda oportunidad, ya que, «derrotados» no estaríamos en las mejores condiciones para ejecutarla.

Mi opinión es desarrollar una estrategia donde se refuerce nuestra capacidad para afrontar el gran reto. Ganar confianza y seguridad. Como?

– Bajando el número de cigarrillos, acotando el área del donde, y, cuando fumar.
Se trata de complicarnos / dificultarnos el libre ejercicio de encender un cigarro, con la seguridad de que, en el momento fijado / pactado, lo vamos a hacer. (Y debemos hacerlo).

a). Empezariamos por obligarnos a NO encender el primer pitillo hasta después del desayuno. Por norma, por sistema, por principio.

b). Distribuir los siguientes, esparcidos, con un criterio que suponga una bajada drástica sobre el número consumido actual.

c). Y acabaríamos con disfrutar del último del día a una hora prudencial, después de la cena, por ejemplo.

d). Restringir, gustosamente, áreas, espacios, ámbitos donde nos prohibiremos su uso y disfrute.

Dejar de fumar (Soltando amarras) Lesson six

In Orbit

Que conseguimos con esta bajada controlada / dosificada en el consumo del número de cigarrillos?

Un beneficio, en principio, para la salud. Pero lo más importante: probarnos, demostrarnos, que gozamos de un cierto dominio sobre el hasta ahora, impulso mecánico de encender un pitillo, y, conseguimos, fumar sólo cuando "nos apetece". 
Cuando nosotros establecemos que ha llegado el momento. Y solo entonces. 

Esto funciona.

Es decir, no nos domina el vicio, en la medida que lo gestionamos nosotros, lo cual nos genera, automáticamente, una mayor fuerza para ampliar los espacios (ayunos), y, retardar / retrasar los tiempos y, a su vez, consiguientemente, una dinámica favorable que nos facilita controlar y reducir, cada vez más, el consumo. 

Estamos invirtiendo los términos: vivíamos para fumar y ahora, disfrutamos, entusiasmados, por no hacerlo.

Hemos reaccionado. Nos estamos creyendo / convenciendo, por primera vez, de que somos capaces.

Aguantemos el tiempo que creamos conveniente en cada nueva posición / postura / apuesta con la absoluta seguridad / certeza de estar preparados para aceptar, con éxito, el siguiente paso, pues estamos en un camino SIN retorno. 

No aflojemos jamás, si hemos sido capaces de haber llegado hasta ahí: resistamos, venceremos.

Dejar de fumar (Último pitillo) Lesson seven



Llevemos si es necesario un calendario donde anotar los cigarrillos que consumimos cada día, y, disfrutemos comparando la cantidad inicial con las rebajadas conquistas posteriores.

Sigamos con el sistema convenido, de bajadas permanentes, el tiempo que consideremos oportuno pero siempre que entremos en una nueva exitosa cifra, mantegamosnos ahí, como un nuevo logro, un histórico hito, pero no retrocedamos jamás. 

Si estamos en la fase de 8, 7, 6 o 5 cigarrillos diarios, consumamoslos de la forma que queramos, pero nunca habremos de superar la cifra. Este freno/control, nos permitirá poder bajar la dosis, paulatinamente, pues tenemos el mecanismo activado y no nos costará nada seguir esta inercia.

Habremos despertado una confianza que desconociamos y nos parecerá imposible poder haber llegado hasta aquí, desde la anarquía y descontrol antiguo, a este orden y planificación admirables.

Cuando las circunstancias lo permitan y sin ninguna prisa, la cantidad, obligatoriamente, bajará a los dos pitillos diarios que habremos llegado a consensuar con nosotros mismos por una negociación lógica y fruto del tiempo. Bien, aguantemos en esa cifra todo el tiempo que queramos hasta que llegado el momento nos veremos impelidos a apostar por un solo pitillo. 

En ese momento decisivo fijemos un día señalado, el más "importante" de nuestra reciente vida, a largo plazo, para destinarlo a dejarlo. Para dejarlo. Definitivamente, dejarlo.

Dejar de fumar (Servicio post-venta) Entrega de título: me pasen por Secretaría



Todo lo aportado sobre el tema, es sin ninguna base científica, y, solo, a título práctico. Es un proceso en el que vale todo, como en el amor / guerra,  si al final conseguimos el objetivo.

Me brindo para aclarar algún punto oscuro, despejar dudas, y, dar ánimo.

Sólo la presencia de ánimo es suficiente para rebelarse y vencer la inercia del "no" puedo.

El sistema de miMétodo es lento pero seguro. Se basa en ir devolviendo al fumador la capacidad perdida para controlar el vicio. 

A base de reducir el número de cigarrillos gradualmente, conseguimos fortalecer / robustecer, como un músculo, la voluntad para desengancharnos. De una manera natural. Sin riesgos. Sin sobresaltos, como en esta versión de Here's That Rainy Day. Deportivamente.

Como un juego cuyo premio es la salud, la economía, la auto estima, y, por extensión, hacernos sentir bien hasta tal extremo, que salimos reforzados para acometer cualquier otro nuevo reto. Por difícil que sea.

 

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