Hasta hace muy poco la gente soñaba con desempeñar un trabajo donde se exigiera un mínimo esfuerzo, pocas horas, el sueldo equivalente, y, total seguridad.Y este destino desembocaba, necesariamente, en el funcionariado. Ahora, ante la imposibilidad de acertar la quiniela, sacar la loto, primitiva o un rasca, hablas con trabajadores de 40 años, y, están deseando pasar a la jubilación. Directamente. Es el deporte nacional.
Siempre se ha creído en la hipotética existencia de un Más Allá, pero, la masa, con su poder sintetizador, lo sitúa, más próximo, en los 65 años como barrera / frontera en la condición de retirado. Hay otra vida, desde luego, pero está aquí.
Treinta años atrás, al licenciarse, los nuevos jubilados, caían en la depresión, y, duraban, cuatro días disfrutando la paga. Ahora se transforman. Los ves atléticos, fornidos, marciales, machacándose en el gim; viven permanentemente al acecho de ofertas de viajes, y, son verdaderos artífices en el arte de desenvolverse en el supermercado. Manejan Internet, chatean en casa y en el bar, y aparentan ser más jóvenes que sus descendientes. Como Bond, James Bond, te dicen, sonrientes, que, "Solo se vive dos veces".
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