Ciertas cosas no pueden esperar, y, por tanto, se hace necesario que les presente, ya, a Joe Loco. No siempre dispone uno de una exclusiva, de un "scoop" de esta categoría.
Este pianista cosechó gran éxito en los 50 y 60 por atreverse a "latinizar" a los clásicos del jazz americano y de ahí que le apodaran Loco. Su nombre era José Estevez Jr.
Grabó varios LPs para Tico y actuó acompañado, durante bastante tiempo, del cuarteto de Pete Terrace, de tal manera, que hasta Fantasy puso en el mercado Invitation to the Mambo con la autoría de los dos, indistintamente.
La no reedición en Cd de este vinilo y la gran dificultad, en sí, de encontrarlo, convierten estas grabaciones en pequeñas joyas, "rara avis" y hay que escucharlas, casi, con devoción, pues gracias a Youtube, somos, en gran medida, afortunados.
Esto es una joya, lo diga Agamenón o su porquero. ¡Antologicamente deontologico! O deontologicamente antologico. Y para comprobarlo aquí tienen la lista de canciones. Viene presentado con unos comentarios "locos" introduciendo a cada canción que son estos:
Canción de Augusto Algueró con smoking blanco y pajarita negra que viene a cuento porque la zona del Everest está imposible de basura, ya que no pasan camiones a recogerla y sería bueno que todos los visitantes se trajeran unas latas y tetrabricks vacíos de recuerdo.
Su letra avisa: Que haya un cataclismo de no veas, o, suban los combustibles una inmensidad, pero el brillo de tus ojos quede intacto y el canela de tu piel siga igual. Con lo cual ya vemos que se trata de un amor a prueba de todo: enchochamiento considerable.
Esta es del color del submarine, primeramente y en después, hay mucho pájaro suelto e incluso muchos de mal agüero. Yo prefiero Bye, bye, blackbird y ya se a lo que voy.
Maravillosa transgresión del clásico popularizado por Louis Armstrong y siete mil mas, para dar sangre a litros como compensación, que nada tiene que envidiarle. A mi me ha curado una depresión y media.
Esto es una frase hecha: no te importa pero todo el mundo está a la que salta. Si no de que va a durar en pantalla tantos lustros un progama de chismorreo. Y aluego, nadie lo ve.
Hay que ver que pesaos con las orquídeas, y a la luz de la luna, encima, como si en esa circunstancia no hubiera nada mejor que manipular; que manía con fastidiar los órganos reproductores de las plantas, y luego las orquídeas, tan antipáticas que me dan mal fario, pues las relaciono, inconscientemente, con su utilidad funeraria, pero a lo que vamos.
Cuando ya creíamos que nos sabíamos todos los pianistas de carrerilla, como se aprenden los nombres de los ríos rusos, y los directores de las infinitas y maravillosas orquestas, incluido Roberto Delgado, desde Ray Conniff a Percy Faith, de Caravelli, Mancini, Pourcel, Algueró, Rota, Bernstein, Zacharias, Montenegro, Kostelanetz, Light, Calderón, Lefèvre, a Black, en una alineación mundial de talentos, sin contar con la multitud de afluentes con caudal importante, descubrimos que nos faltaba uno, este es Geri Galian.
Y lo presentamos aquí, no porque tenga un nombre equivoco como Cavallaro, Carmen, y Geri suene a tersa pianista joven, sino que viene en calidad de rivalizar con la forma de tocar de Loco, Ros, o, Morales, como disparándole con los pulgares a las notas del piano, en una imitación a lo Chico Marx, en un ajusticiamiento menor, de mentirijillas, invirtiendo la costumbre de disparar, directamente, al pianista.
Hasta hace muy poco la gente soñaba con desempeñar un trabajo donde se exigiera un mínimo esfuerzo, pocas horas, el sueldo equivalente, y, total seguridad.
Y este destino desembocaba, necesariamente, en el funcionariado. Ahora, ante la imposibilidad de acertar la quiniela, sacar la loto, primitiva o un rasca, hablas con trabajadores de 40 años, y, están deseando pasar a la jubilación. Directamente. Es el deporte nacional.
Siempre se ha creído en la hipotética existencia de un Más Allá, pero, la masa, con su poder sintetizador, lo sitúa, más próximo, en los 65 años como barrera / frontera en la condición de retirado. Hay otra vida, desde luego, pero está aquí.
Treinta años atrás, al licenciarse, los nuevos jubilados, caían en la depresión, y, duraban, cuatro días disfrutando la paga. Ahora se transforman. Los ves atléticos, fornidos, marciales, machacándose en el gim; viven permanentemente al acecho de ofertas de viajes, y, son verdaderos artífices en el arte de desenvolverse en el supermercado. Manejan Internet, chatean en casa y en el bar, y aparentan ser más jóvenes que sus descendientes. Como Bond, James Bond, te dicen, sonrientes, que, "Solo se vive dos veces".
Para que la cosa no sea tan fría y que no parezca que no tengo ganas de trabajar y tal, permítaseme este Bonus Text:
Probable dialogo futurista. (Título)
Acción:
Tú tienes un blog!
YO?
Sí, tú. Y no me lo escondas.
PERO QUE DICES? COMO VOY A TENER YO UN BLOG?
Pues, porque eso, se nota. Te veo cambiado, diferente.
YA ME DIRAS QUE TE DA QUE PENSAR, QUE YO -PRECISAMENTE YO-PUEDA TENER UN BLOG?
Se ve en tus ojos!
EN MIS OJOS?
Claro! O es que no sabías, que los ojos, la expresión de su mirada, su estado, habla por nosotros; nos delatan.
MIRA: VAMOS A DEJARLO AQUI; QUE NO ESTOY PARA TONTERIAS.
Pues eso, que se aprecia por tus ojeras, por tu delgadez, por tu cara de cansancio, como pasas las noches en vela escribiendo posts y eso, no se puede ocultar. Confiésalo, tú administras un blog!
De-toda-la-vida, ecos del pasado, que entran, suavemente, creando ambiente. Sin estridencias, como debe ser. Sin levantar extrañas e imposibles expectativas, tan difíciles siempre de cumplir.
Conocidas o no. Interpretadas por virtuosos sin renombre y casi sin nombre, pertenecientes a esa época milagrosa donde cualquiera estaba capacitado (dotado) para grabar pequeñas maravillas, aún con escasez de medios y con el estómago vacío. (Las pesadas digestiones son nefastas para cualquier actividad. El ayuno, por contra, te hace más fibroso, ligero y resistente.)
Siguiendo las clases aritméticas del legendario concurso televisivo Un-Dos-Tres, (tantas respuestas acertadas por 25 pesetas...) en este caso, 10 listas de 100 canciones hacen un total de 1.000. Esto, aunque en serie, va en serio.