Esto, siendo un blog de música, debería tratar sus temas propios, pero el séptimo arte, el cine, y la creatividad musical están tan unidos, como hermanos gemelos, son tan complementarios, que fácilmente, se ha colado una película donde debería aparecer un Lp o un ramillete de canciones determinadas según un determinado criterio.
El éxito de un film empieza con la elección de su título: adecuado, evocador, sugerente. El cine es una ilusión, y, todo sirve para estimularla, dimensionarla.
Seguidamente, la introducción con los títulos de crédito es básica, determinante. Como su propio nombre indica se trata de establecer un camino cómodo, amable, impactante, que nos haga abandonar nuestra realidad cotidiana, permanente, para adentrarnos en esa otra que nos brinda la propuesta a visionar.
En este punto es importante detectar el papel de la música. Si será un elemento unificador, o, dispersador, de todo lo que se desarrolle. En este caso es acertadísima. Como en el cine de Allen o de Hitchcock, forma parte del paisaje, o marca los tiempos, creando el clima parejo, premonitorio, a la acción. Un diez.
El tema es el tema. La temática, la chicha, es lo importante. Se trata, naturalmente, de que suceda algo, y, a poder ser, que nos interese, que nos atrape. Pocos temas son tan atractivos como la seducción. Sobretodo si la ejerce en este caso una fémina, pues en el caso masculino, tiene ribetes un tanto desagradables. Las mujeres poseen esa gracia infinita para adornar, enmascarar, todo tipo de instinto.
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