En el año 1966 y posteriores, el jazz y toda su antigua fuerza quedó diluida en nada, con escasa producción, por nula demanda, y sus artistas famosos iniciaron la travesía del desierto de la mejor manera que supieron / pudieron.
La irrupción del pop los desbancó por completo y hubo que adaptarse a la nueva situación. Bud Shank fue de los que salvó la prueba, primero con la Bossa Nova y luego con la producción masiva de LPs sobre los éxitos del momento, en compañía de Chet Baker, como en éstos casos, orquestados al gusto del público actual, ávido de las canciones de Bacharach/David y Beatles.
Aquí, con la producción de Richard Bock y los arreglos de Bob Florence, para ambos.
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