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martes, 17 de diciembre de 2024

fantaisie - Théâtres / Music Halls / Cabarets - Toute la nuit a Paris (1955)


Stan Getz & Bill Evans - But Beautiful

Jaki Byard - Hazy Eve

Johnny Hodges - Satin Doll


Herbie Mann - Me Faz Recordar

Lou Donaldson - Caravan




Sabu Martínez - In Orbit

Nat King Cole - Too Marvelous For Words

(Al fondo: antigua rueda de carro)

Sergio Mendes - Love For Sale


João Gilberto - É Preciso Perdoar


The Hank Jones Trio - How High The Moon

Cal Tjader - Speak Low

Gabor Szabo - Witchcraft


George Benson - Walk On By


Bobby Troup - Perdido



La canción más representativa de la playa (la formal) es La Plage de Pierre Barouh, (un Bacharach a la francesa) popularizada por Marie Laforêt siendo la versión de Gilles Sala, mi preferida. No dispongo de una playa tan elitista ni intimista y por tanto, les invito a una más corriente, la de Dave Pike / Chick Corea, extrañamente poco conocida, sin acceso restringido, alegre, abierta, donde está permitido traerse de casa tortilla de patatas, jugar la partida con los amigos y se comparten las "claras" y el calimocho. Saludos!

sábado, 25 de abril de 2015

Esclavos del ritmo y del deseo o mareando la perdiz sin tregua. (Frases inconexas que no aportan nada para esclarecer que es cóncavo, o, convexo; ni cual de las dos es alcayata o cáncamo)




¡Cuan farsantes y ventajistas somos ante la irreprimible fuerza de nuestros deseos!.


Y que difícil resulta, entonces, renunciar a lo que anhelamos, imperiosamente. A aquello que en un rápido proceso de apropiación y consecución, idealizadamente, nos conviene.

Casi que nos corresponde, por derecho; postulándonos como merecedores naturales, de ello.


Por la ley del embudo.

Hay que ver cuan indulgentes y benévolos somos.
Como combinamos y retorcemos los hechos, las condiciones, los supuestos, para que una serie de acontecimientos, de manera tramposa en el solitario de nuestros intereses, a sabiendas, confluyan, con la visión más optimista, y, encajen en el fin que pretendemos.


No hay barreras, ni competencias, ni limitaciones. O nosotros o nadie. Tal vez, el diluvio.


Luego, la cruda realidad se impone derrumbando el castillo construido de falsas ilusiones, de vanas esperanzas, y nos aferramos, al otra vez será, y nos conformamos, pues bien mirado, no era lo acertado, lo oportuno, en una nueva comprobación de que la zorra cuando no alcanza las uvas, se consuela con que estén verdes.


(Cuando no sepas de que hablar, ni hayas hecho la Mili, ni por tanto contarla, acude al refranero. Es fuente inagotable de sabiduría caduca/caducada, además es barato, está al alcance comprensivo de cualquier interlocutor, y, da como un aroma a chanel manchego nº 5. Créeme, vale la pena. Ataca por ahí. Es mejor que permanecer callado, o, entregar el papel del examen en blanco.)

Fulgen.