En este proceso arqueológico de desenterrar viejas glorias, someto a su consideración otro artista del sello Fiesta, José Curbelo, en cuya orquesta, con aires latinos, aprendieron el oficio muchos de los que, más tarde, se harían famosos. En la mayoría de las aportaciones, interviene, como vocalista, mi admirado, Tony Molina. (Repito video para rezagados.)
Ha quedado dicho por ahí, la importancia presencial que tenían las orquestas para los bailes, pues por aquel entonces, eran necesarios, como única forma de relación y se activaban con el concurso, imprescindible, de estas formaciones, como moda generalizada a nivel mundial.
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