Hay canciones con la capacidad de engancharse/adherirse a tu cerebro con la obstinación de una enfermedad venérea, o, la pegajosidad de una ninfómana en Semana Santa, sin que nada puedas hacer, en todo los casos, para desalojarlas.
Eso me ha sucedido con ésta, que titula la entrada, cuya autoría debemos a la mejicana, Consuelo Velázquez.
Es, dicho sea de paso, una de las pocas de origen latino, junto con Somos Novios (It's Impossible) de Manzanero; Cuando Vuelva A Tu Lado (What A Difference A Day Made) de Grever, Siempre En Mi Corazón (Always In My Heart) de Lecuona, capaces de desarrollar, en un teorema de Arquímides musical, un empuje vertical suficiente para irrumpir en el clasista mercado anglosajón y circular con total naturalidad, sin que los pesos pesados del "star system" se avergüencen de haberlas incluido en su repertorio.
Contamos con infinidad de versiones pero estas tres son mis preferidas. Te parece acertada mi elección?
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