Buscando una versión "nueva", renovadora, de este clásico, escucho voces reconocidas, altamente aptas para David / Bacharach - Lennon / McCartney, tipo Morgana King, Ann Richards, etc.., y acabo en Billie o en Sinatra, con la naturalidad de un afluente uniéndose a su río o por decirlo en lenguaje festivo comercial: con la seguridad que ofrece comprar en un gran almacén, donde si no queda satisfecho, te devuelven tu dinero.
Las canciones anteriormente, tenían dos padres o tres madres; su autor o compositores, y, finalmente, quien las popularizaba.
Es decir, los standars, ahora ya, convertidos en clásicos, disfrutaban de un tercer o cuarto "progenitor" gracias al éxito y popularidad de la versión más reconocida.
Tanto es así que a veces se adjudicaba su autoría o paternidad erróneamente.
Sucedia con Sinatra. Se rodeaba de esmerados artesanos arreglistas, que conviertían sus temas en lujosos exitazos, interesantes, en si mismos, por su elaboración, por su música aunque contasen, además, con el añadido atractivo de su voz.
Por una vez, ésta pugna se decanta a favor de Billie quien le dio réplica marcando un estilo y personalidad a su altura.
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