viernes, 10 de abril de 2015

YA SERIA HORA DE QUE FUERA VIERNES o COMO AVENTURARSE EN UN FINDE



Ahora que ya nos vamos conociendo, y entrando en confianza, déjenme que les cuente, cual es nuestro vínculo. Resulta que regentamos una agencia de detectives. Bueno, es suya (del Jefe) aunque por asuntos de papeles e impuestos, figure a mi nombre.

Esto, dicho así, puede sonar muy gordo, pero es una oficinita, sin glamour cinematográfico, en un principal, donde la mayoría del trabajo que nos entra es pura burocracia: pruebas de infidelidad para rebajar la pensión, justificación de despidos procedentes, con el noble y humano fin de abonar lo mínimo, y, cobro, infructuoso, a morosos resabiados, que saben latín para no aflojar.

Nuestra función consiste, aunque no se acepte como prueba pericial, judicialmente hablando, en certificar lo que nuestro cliente desea, aunque solo sirva como medida de presión a la hora de negociar. Somos los "forenses" que dictaminamos, como una relación sentimental, o, laboral, ha muerto. Y damos fe.

Ahora con la crisis, las necesidades cambian, y nos demandan para dar palizas (físicas) y abundan los casos de gente desesperada que se auto lesiona o finge/provoca falsos accidentes para cobrar una indemnización. Esto lo derivamos, directamente.
Fulgen.

EL INSULTO COMO FORMA DE RELACION Y ABRE PUERTAS




El insulto ha perdido toda su fuerza/crudeza, y, con ello su virulencia y efectividad. Desprendiéndose de ese efecto final que pretendía, según grado, molestar, herir u ofender.

Ahora, hijoputa, todo de una vez, es un saludo que denota cordialidad, y  buen rollo. Y esto está asumido por todos, y, ya, nadie se molesta ante una de las múltiples, y, ricas variantes de insulto que nos distinguen.

Sorprendía que los jugadores de fútbol foráneos, y, deportistas de otras disciplinas, lo primero que aprendían de nuestro idioma era insultar/blasfemar. (Escupir ya lo traían aprendido). Era una forma de integración rápida y efectiva. De conectar con nuestra idiosincrasia por la vía más popular y directa.

La siguiente anécdota ilustra mejor que nada la veracidad de los expuesto.
Asistiendo a un accidentado partido de hockey patines, el arbitro soportaba, como de costumbre, estoicamente, toda suerte de improperios con mención especial a familiares de primer grado y antepasados incluidos, insultos gruesos, inadecuados siempre, y, desproporcionados, para lo que allí se estaba sustanciando.

Llegado a un lance concreto del encuentro, y en este punto determinado, alguien introdujo una novedad entre tanta palabra soez, llamándole: ¡torpe!. En ese mismo momento como disparado por un resorte, el arbitro, se dio por aludido y suspendió, inmediatamente, el partido, ofendido en su más profundo ser.

Hubo que emplear Dios y ayuda para, calmarlo y, finalmente, reanudar el partido.

jueves, 9 de abril de 2015

UNA BUENA MANERA DE SUAVIZAR EL ASPECTO ASPERO Y RUDO DE LIONEL HAMPTON



Uno de los defectos que, más afean la condición humana, quizás sea, la tacañería, y, es el que, de lejos, peor soporto.
Es sabido que la mejor manera de ahorrar, sea, no gastar; pero los rancios, me dan, directamente, asco.

Gozan de la vida con el freno echado. Y ese auto control les transforma la cara, y, todo, en ellos, denota una expresión de ir permanentemente estreñidos. Son los populares agarraos. Economizan de lo diario, de lo insignificante.



Pero claro, si tu te pasas una vida entera duchándote cada tres días, desaguas la cisterna del wc cada dos pipis, y comes poco, por sistema, al final si sumas todas esas "pequeñeces", es una pasta, claro!

Y este (el Jefe) lo es. Estos días, de todas maneras, se le ve ufano, alegre, exultante. Con esto del blog
asomándose al mundo, porque esto es del mundo mundial, (supongo) está contento. (Todo lo que sea darse importancia y figurar, le pirra, le vuelve loco).

Que, "Ful", ¿esto marcha? Van entrando, le he contestado escuetamente. Toma 5 euros para unos cubatas, me ha dicho, al salir, no dándome tiempo a responderle: Si, de lejía. Miserable!.
Fulgen.

miércoles, 8 de abril de 2015

DE VIKKI OS LO PUDO DECIR TODO, EXCEPTO SU TELEFONO



Es el gracioso común, sin gracia. (El Jefe). Si fuera pobre común sería un plomo, un pesao, pero su posición social, supuestamente, acompañada de posibles, le da un salvoconducto para no enviarlo a tomar viento. 
Es repulsivo. 
Cuando refiere con grandilocuencia y pisto, que estando en casa, un verano, allá en los 70's, entonces que la gente descubrió la literatura, con el "boom" de los escritores latino americanos, proliferaban las vendedoras caseras de libros, tipo la Esfera de Lecturas. 

Y se le presentó una, (que estaba cojonuda, claro) y, tonteando, tonteando, le puso un cubata, con una música de fondo, (ahora se haría necesario el Je t´aime, supongo) que si por aquí, que si por allá, (él da pelos y señales, esto me revienta) la cosa se fue calentando, y zas! otro trofeo para añadirlo a la colección. Y ya es para vomitar, cuando el hijoputa remata, con segundas: "en aras de la cultura, me tuve que quedar con la Enciclopedia". Cachocabron. 
Fulgen.

lunes, 6 de abril de 2015

FETICHISMO DEL DURO COMO EL TURRÓN DE ALICANTE (y, perdón, por estar fuera de temporada)




Menudo mamón. (Si, el Jefe) Yo desconocía, pues el saber es ilimitado, porque no ocupa lugar, el significado exacto de fetichista.
Deducía por su terminación, como machista o narcisista, tratarse de una exacerbación, un abuso, una desviación, pero no lograba hacerme con el término, pero no se me olvidará. Seguro.

A la vuelta de un fin de semana movidito, me entregó tres pares de diminutas bragas acompañando el gesto con el diminutivo cariñoso de mi nombre, como suele hacer para solicitarme, siempre, algo extra laboral: Toma, "Ful", ponme esto a buen recaudo.

Recogí aquellas prendas con un cierto asco, y, más, adivinando el traqueteo y la violencia que habían sufrido.

Pasados unos días interesose por la mercancía, y, al devolvérselas debidamente lavadas/perfumadas, entró en cólera, para acabar sollozando, y, entre exabruptos, exclamarse, que has hecho, desgraciao, has dilapidao todo su valor, les has quitao la sustancia. Un guarro, vamos.
Fulgen.