Uno de los defectos que, más afean la condición humana, quizás sea, la tacañería, y, es el que, de lejos, peor soporto.
Es sabido que la mejor manera de ahorrar, sea, no gastar; pero los rancios, me dan, directamente, asco.
Gozan de la vida con el freno echado. Y ese auto control les transforma la cara, y, todo, en ellos, denota una expresión de ir permanentemente estreñidos. Son los populares agarraos. Economizan de lo diario, de lo insignificante.
Y este (el Jefe) lo es. Estos días, de todas maneras, se le ve ufano, alegre, exultante. Con esto del blog
asomándose al mundo, porque esto es del mundo mundial, (supongo) está contento. (Todo lo que sea darse importancia y figurar, le pirra, le vuelve loco).
Que, "Ful", ¿esto marcha? Van entrando, le he contestado escuetamente. Toma 5 euros para unos cubatas, me ha dicho, al salir, no dándome tiempo a responderle: Si, de lejía. Miserable!.
Fulgen.
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