miércoles, 8 de abril de 2015

DE VIKKI OS LO PUDO DECIR TODO, EXCEPTO SU TELEFONO



Es el gracioso común, sin gracia. (El Jefe). Si fuera pobre común sería un plomo, un pesao, pero su posición social, supuestamente, acompañada de posibles, le da un salvoconducto para no enviarlo a tomar viento. 
Es repulsivo. 
Cuando refiere con grandilocuencia y pisto, que estando en casa, un verano, allá en los 70's, entonces que la gente descubrió la literatura, con el "boom" de los escritores latino americanos, proliferaban las vendedoras caseras de libros, tipo la Esfera de Lecturas. 

Y se le presentó una, (que estaba cojonuda, claro) y, tonteando, tonteando, le puso un cubata, con una música de fondo, (ahora se haría necesario el Je t´aime, supongo) que si por aquí, que si por allá, (él da pelos y señales, esto me revienta) la cosa se fue calentando, y zas! otro trofeo para añadirlo a la colección. Y ya es para vomitar, cuando el hijoputa remata, con segundas: "en aras de la cultura, me tuve que quedar con la Enciclopedia". Cachocabron. 
Fulgen.

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