lunes, 7 de octubre de 2013

Tony Mottola - Mexico D.F.



Hay noticias que no pueden ser verdad. Por lo increíbles. Y todo eso de que la realidad supera a la ficción. Pero bueno, vamos al caso, que es de noche y viene lloviendo. 
Leo en "El Globo Terraqueo" de Bogotá, edición digital, como se ha llevado a cabo en Oklahoma, por fuerzas especializadas, la detención de Joe Saltarini, creador, al parecer de la prenda que ha hecho furor esta temporada, y, que se conoce con el nombre de "leggins". 




Para los outsiders y despistados aclaremos que se trata de un complemento tipo mallas,  a medio camino entre unas medias gruesas/bastorras (que adonde vas con eso), y  unos pantalones delgaduchos y de miseria, (que ya te vale). El  asunto no tendría mayor importancia si esta moda no se hubiera propagado como la pólvora seca, arrasando en todas las capas sociales. Es más, el fenómeno reviste tal dimensión y envergadura que no distingue condición social, estado civil, ni clase. Ni por supuesto, y ahí es donde le duele, tipo, figura, planta, ni percha. Es uniforme obligado y condición indispensable para estar al día. Y funciona hasta en los casos y las condiciones más extremas. No importa que peses 100 arrobas, o que los michelines y las cartucheras junto con la cáscara de naranja se hayan apoderado de ti, te hayan secuestrado; tú, te enfundas unos leggins, que es como un salvoconducto del mal gusto, y, al que no le guste ver un horizonte de perniles (patas de jamón) que no mire.

Está por ver, el tema no es fácil, que condena le va a caer al diseñador, pero, claro, ante la gravedad, la alarma social y el daño estético que esto acarrea para futuras generaciones, es lógico pensar que no se va a ir de rositas, y, la próxima vez se va a andar con más cuidao. Resumen de Agencias.

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