Ya no hay excusa para nada, pero, menos, para dejar de comprar Jazz. Ya solo falta que lo suban a casa, como el agua, como el butano, como las compras de supermercado si rebasan cierta estipulada cantidad. Ahora tenemos a Real Gone Jazz.
Han proliferado de todos modos, con la liberalización real o encubierta, tácita, de los derechos de autor con fecha de caducidad, varias discográficas pilotadas por entusiastas verdaderos del género que editan con cuidadoso esmero, aseadas ediciones de títulos añejos de quilataje contrastado y a un precio razonable.
No creo que les mueva el afán crematístico más bien son coleccionistas que se editan para sí mismos y de paso lo ponen en el mercado llevados por la necesaria necesidad de difundirlo y de paso, conservarlos.
No creo que les mueva el afán crematístico más bien son coleccionistas que se editan para sí mismos y de paso lo ponen en el mercado llevados por la necesaria necesidad de difundirlo y de paso, conservarlos.
Y este el caso. Real Gone Jazz te pone a tu disposición unos cofres con 6 a 8 Lp's a 9.95€ la pieza con lo cual tienes excusa, ahora sí, para llamar al trabajo y decir como los futbolistas que hacen novillos que padeces un virus intestinal.
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