El mundo está desatado: en permanente ebullición. Suceden tantas cosas, y, tan deprisa, que hay que estar atento para no perderte lo que se cuece. De los viajes del Papa a los estrenos de Allen.
Lo sustancial. Hay una hiperactividad, un flujo y un reflujo de noticias, de inventos, que nos desbordan. Cuesta trabajo estar al día, y, no parecer
analfabeto. A mi me ha superado: Duolingo.
Si, el inexcusable sistema de aprender idiomas, apto, incluso para gandules tacaños desafectados.
Puro juego. Una manera de progresar aunque no quieras. Dios mío, cuanta creatividad!
Que mentes más poderosas/prodigiosas al servicio de la enseñanza y de la gente.
Lo malo que tiene este sistema, la imperfección, es que no te devuelven el dinero del curso porque es gratis.
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