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domingo, 16 de marzo de 2025

Organized! - Verve Records



Brother Jack McDuff - The Natural Thing

Sam Lazar - Scootin'

Barbara Dennerlein - Just Play


Odell Brown & the Organ-Izers - Ducky

Count Basie - Extended Blues

Bill Doggett - Wow!

Walter Wanderley - Soulful Strut


Shirley Scott - Blue Bongo

Milt Buckner - Lil' Darlin'

Rhoda Scott · Kenny Clarke - Speak Low

Baby Face Willette - Bantu Penda


Ingfried Hoffmann · René Thomas - Love For Sale

Dieter Reith - On Green Dolphin Street

Gloria Coleman Quartet · Pola Roberts - Que Baby

James Brown - All About My Girl

lunes, 8 de abril de 2024

Al Caiola - un lujo a tu alcance



Al Caiola, guitarrista y tal, se hizo un nombre con la música de Bonanza. Serie de TV de los 6o' pero este desliz no mancha su gran trayectoria como músico de jazz. Y para muestra estas dos obras de arte:











Alto Flute, Bass Clarinet, English Horn – Romeo Penque (tracks: 2, 3, 6, 8) Bass – Clyde Rombardi Drums – Kenny Clarke Guitar – Al Caiora Liner Notes – H. Alan Stein Piano – Hank Jones (tracks: 2, 3, 6, 8), Ronnie Ball (tracks: 1, 4, 5, 7) Producer – Ozzie Cadena Recorded By – Rudy Van Gelder Trumpet, Flugelhorn – Bernie Privin (tracks: 1, 4, 5, 7)

Portada edición española, donde se cuentan las virtudes de la música ambiente.

Personnel: 
Al Caiola (guitar), Bernie Privin (trumpet), Hank Jones (piano), Clyde
Lombardi (bass), Kenny Clarke (drums).

lunes, 22 de enero de 2018

sábado, 13 de febrero de 2016

Escapando del "spleen" al sprint


LOU BENNETT (org); JIMMY GOURLEY (g); KENNY CLARKE (dr)
recorded: summer 1960 in Paris

Con el devenir de los tiempos, el refrán "parientes y trastos viejos, pocos y lejos", ha quedado desfasado en otra prueba de la inutilidad de estas grajeas de sabiduría ñoña popular, a precios módicos, y su falta de actualidad, pues su recomendación tiene sentido sólo en lo concerniente a la lejanía de  los familiares, que sigue vigente, pero pierde toda su efectividad en cuanto a esos objetos, que faltos de protagonismo, sufren la devaluación del desinterés por nuestra parte, y, pasan, directamente, a un rincón en espera de nuevo destino y acomodo.

Es bien cierto, que, no hacemos otra cosa que almacenar cacharros en una forma venial de síndrome de Diógenes, aseado, hasta el extremo de poner de moda y aupar con su revalorización a los trasteros adonde guardarlos.
Esos insanos espacios inútiles, de complicado acceso y mayor dificultad de escapar para encontrar la salida, que a no ser por esta fiebre carecerían de valor, siendo, en este momento, piezas codiciadas.



Se ofrecen por todas partes, en régimen de venta como inversión o en alquiler, para uso y disfrute, sabedores sus propietarios de la demanda existente, consiguiendo dar sentido y aportando negocio a locales de dudosa utilidad, compartimentados en parcelitas / cubículos, y despachados, a bombo y platillo, como indispensables "guardatodo".

Mientras, caen las ventas de segundas residencias, y con el hostigamiento permanente a los conductores bajan las matriculaciones de turismos, las bolsas se desploman, y, solo se dispara la inversión en trasteros.

Ya no eres nadie si no posees como mínimo un trastero, aunque, solo sea para salvaguardarte de la cruda y tediosa actualidad.