lunes, 25 de enero de 2016

A vueltas con los lentos del sexo convulso y convexo


Susie - Q

Pues eso, que había una gran dificultad para relacionarse y las discotecas, boites, bailes, y, demás antros propiciaban el milagro. Facilitaban el empezar que era lo complicado. La gente era muy corta, y, muy cortá. Los tíos, también, eran un poco mas escuchimizaos y compactos que ahora, aún no había acudido el "Petit Suisse" al rescate, -a causa de la timidez se inventó por aquel entonces "eres más corto que las mangas de un chaleco", demostrativo-,  pero hay que decir, en su defensa, que las chicas salían amenazadas de casa.

En cada familia había un coco o varios, capitaneado por uno de sus miembros, que antes de salir, les leían la cartilla sobre los peligros del sexo, con frases de esta jaez: Tú verás; como te hagan un bombo, te lo vas a criar tu sola, en la calle. 
Claro, te llegaban los angelicos que nos veas. Atemorizadas. Te veían como a un bicho raro. Resabiadas y suponiendole al esperma unas propiedades más corrosivas que el ácido sulfúrico, que es el que estaba de moda. (Vamos a poner otro lentorro, para recordar)


Raiders On The Storm

En estas trágicas circunstancias tenías que ser un Houdini para burlar las estructuras mentales de toda una familia o raza. Tú y tu pene contra el mundo. Ríete tú, de los conciliadores sociales. 

Había por parte de las muchachas, afectadas, por otro lado, buena predisposición pero muy escondida. La Iglesia, el colegio y la educación familiar pesaban mucho, y, les frenaba los instintos naturales, y, entonces, llegabas Tú, con un pestuzo a colonia barata y las palmas de la manos sudás, por la tensión y los nervios del momento.

En fin, un drama. Para acabarlo de arreglar, les obligaban a estar de vuelta en casa, inmaculadas, antes de las 22:00h de la misma tarde. Que, como te se queda el cuerpo?

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