martes, 26 de enero de 2016

Salvóse quien pudo! o, la sutil jerarquía de la belleza.(bread)

En estas agónicas circunstancias lo mejor era ingresar en la Legión Extranjera, pero estaba a tope.

Podría asegurarse, que, los pequeños trastornos y el malestar por el natural desgaste, han ido variando con los tiempos, asociados al mal tipo de vida de cada época: nerviosos, gástricos, de cabeza, en todas sus partes e intensidades, pero, en aquel entonces, el dolor común era el de testículos, vulgarmente, huevos. Los muchachos y los hombres, hechos y derechos, que no lloran, en privado, se retorcían de dolor.

Me río yo del calentamiento global. Esta energía hace 50 años estaba incrustada, alicuotamente, en el paquete del sexo masculino, en sus bajos, y, una vez liberada, con fatigosas actualizaciones sexuales e ingentes planes de desarrollo, como no se destruye, sólo se transforma, ha chamuscado la atmósfera terrestre y los océanos, originando el problema que se nos avecina.




Las cosas son así y no hay que darles más vueltas. 
Luego estaba el tema de la guapa y la fea. Que tiene bemoles, la cosa.

Se refiere a que las mujeres en aquel tiempo que había, estadísticamente,  un porcentaje mucho mayor de feas, por la alimentación o porque no sabían arreglarse y sacarse partido, -agrupadas en parejas para ir deprisa, o en grupos de tres o cuatro o más, si su idea era pasar el rato-, siempre iban compensadas: una cojonuda y la compañera más corriente, menos agraciada, eso sí, como en una ley física, dotada con los atributos de su amiga en una proporción inversa.

Claro, a ti y a toda la cuadrilla, de entrada, te gustaba la guapa, pero hacías mal, en una estrategia errada, dirigiéndote a ella.(Las guapas, ya viene de entonces, eran antipáticas por naturaleza). Debías, naturalmente, tontear primero con la bajita, más asequible y dicharachera, dependienta de carnicería, posiblemente, y una vez hecho el ganso, pasarte a la maciza mocetona siguiendo la sutil jerarquía de la belleza.

Si es lo que digo yo, la inexperiencia es la hijastra de la ciencia.

1 comentario:

  1. Cuando se bailaba por parejas, juntos, agarrados, y el baile era una excusa para estar agarrados, juntos, por parejas, estas canciones, y, las de este grupo, especialmente, eran una bendición. Inauguraban el apartado conocido por los lentos, y los jóvenes varones nos enfrentabamos a la temida asignatura de conquistar, que no se estudiaba en ninguna escuela ni autoescuela aunque suspendido, podías seguir presentándote todo el año, incluso en setiembre.

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