sábado, 29 de agosto de 2015

Peligro: La N-340 amenazada por desdeal competencia




Si emulando la infantil costumbre de hermanar municipios sintiéramos la tentación de confraternizar dos carreteras, este emparejamiento podría consumarse, guardando las distancias, entre la cinematográfica Route 66 y la pintoresca N-340.

La primera por méritos tangibles: extensión, trazado, escenario "road movie" y, la segunda, por su contumaz atraso/desfase, por el respeto al legado heredado de los romanos, como muestra genuina de calzada, y porque, con su primitivo mantenimiento ha generado infinidad de atascos, múltiples cuellos de botella, inacabables caravanas, dando origen a entrañables amistades, felices noviazgos, bendita forma de relación y lugar de encuentro entre los habitantes de su largo trazado.

Como aquel reducto asteriobelixiano en la Galia, ha permanecido férrea, hermética, ante la invasión de la novedad, de la evolución y del progreso.

En otras comunidades contiguas, próximas, menos desarrolladas, según dicen, disponen de velocísimas autovías, gratuitas, ignorando lo que se pierden.
Llegas rápido, más pronto, antes, pero dilapidando el contacto con la Naturaleza y te deshumanizas.

Ningún animal interrumpe tu viaje; ningún tractor o máquina cosechadora amortigua tu paso para poder disfrutar del paisaje; ningún convoy especial o vehículo pesado, deslocalizando una fábrica te permite circular a 20 km/h, en primera, con lo cual jamás infringes el límite máximo de velocidad permitido y la correspondiente sanción que te evitas.


Ahora, como todo es mudable, consumible y circunstancial, amenazadores, aunque lentos, movimientos de tierra, hacen prever lo peor. Todo apunta a que la autovía paralela, 40 años más tarde, se despierta, perezosamente, y si nadie lo remedia, sus obras acabarán acercándonos el fatal e inevitable desarrollo.

Llegaremos antes, pero, ¿estamos preparados para gestionar el tiempo libre que ahorraremos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario