domingo, 11 de septiembre de 2016

El ruido delicioso de Louis


Parece que la función principal como, utilidad destacable, del ser humano fuese fabricar porquería en todas sus variantes, y, ruido.
Me explico, Si. Ya no sabemos donde colocar tanta basura como generamos, y, estamos ahogando al planeta pegando fuego a sus montes, y, llenando de compresas sus mares, incapaces de controlar tanto pirómano suelto y tanto excremento.

Me sorprende la capacidad de aguante, las tragaderas, de la Naturaleza por no habernos extinguido como a los dinosaurios, y vaya peli que se iba a largar el maestro Spielberg, Retorno Al Planeta De Los Guarros.

Pero vayamos, con lo peor, con lo más grave, el ruido.
El ruido aquí se ha convertido en una forma de comunicación, es un lenguaje más. Y todo Dios lo practica sacando sobresaliente. Inventamos aparatos, como decíamos ayer, demasiado ruidosos para la finalidad de trasladar de sitio el polvo a la que se destinan, y, a todo hora, incluidas las sagradas de la noche son hábiles para alterar nuestro descanso por camiones que generan un estruendo como si estuvieran cambiando de sitio los edificios y es que pasan, completando el cíclo, a recoger la basura.

Las terrazas de los bares se alargan de sus horarios establecidos/regulados sin importarles lo más mínimo, y, los repartidores de butano anuncian su llegada aporreando las botellas contundentemente con un hierro. Con un par.

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