miércoles, 29 de abril de 2015

Confesiones, sin pudor, después de la Publicidad


O Negócio É Amar

En un descuido del severo régimen que mantengo, para no ver televisión, más allá de lo inevitable, me sorprende un monográfico sobre la salida del armario de un actor de éxito, antiguo pescadero, que parecía querer mantener en secreto, hasta hace poco, pero a causa de estar sufriendo un desamor, ya puestos, (es reconfortante buscar la curación hablando de la causa del dolor tanto como apetece fumar cuando estás acatarrado) explica como por medio del gimnasio se va viendo más favorecido, y, mejorado, consecuentemente, lo cual es doblemente satisfactorio.

Unas pinceladas sobre la dificultad que conlleva hacerse un hueco en cualquier profesión a partir de unos comienzos duros, como no podría ser de otra manera, para volver al tema central de la ruptura con su pareja, y relata como en la consulta al psiquiatra le peguntó si era normal que le gustaran tan jóvenes, a lo que el doctorsito respondió: que "pezqueñines, si, gracias".

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