lunes, 21 de octubre de 2013

JOÃO GILBERTO - Farolito (En México)



Lo primero que hizo Joao Gilberto al llegar a México, de regreso de USA hacía Brasil después de su experiencia con Stan Getz, fue dejarse bigote, pintárselo. Y comprarse un sombrero de charro, supongo. Luego, ya puestos, le cogió gusto y grabó un disco en compañía de Oscar Castro-Neves, que es lo que debe hacer un guitarrista que se precie, y lo bautizó con el nombre de Farolito en homenaje a Agustín Lara, compositor/gloria nacional además de Mario Moreno "Cantinflas" Hugo Sánchez.



Tiene esta otra reedición, ya sin bigote, para Philips, y la primera es conocida, también, por "Ela É Carioca". Y que quieren que les diga que no sepan. Me aburre, aburrirles, al decir tantas, y, tantas veces lo bueno que es.
Lo personal, que te resulta tan fácil identificar, tan pronto escuchas el fraseo o el toque suave de su inconfundible guitarra. Lo justo, en cuanto, a comedido. Lo elegante. Esa forma de decir las canciones. Como si no le costara. Con esa naturalidad. Era el yerno ideal que hubiera deseado cualquier madre para entregarle a su hija. Les parece poco? Quieren más?



Comentario jocoso/ruinoso:

Hablemos de café. De café con leche, para ser más exactos. De lo difícil que se está poniendo tomar un buen café con leche, no ya por el precio, que también, sino porque pedirlo en un sitio nuevo es una aventura.

Primero por la dificultad que entraña que el camarero atienda, cabalmente, tu solicitud en los términos contractuales que tú la efectúas. Te escuchan café con leche, y, salen disparados a confeccionar un mejunje a su criterio, sin atender a las observaciones, o, requisitos que tú deseas. Si, corto, largo, en vaso, en taza, templado, caliente o muy caliente. Está claro que para él es uno más de los cientos que ocupan su mañana, pero para tí y para tus riñones, y demás órganos vitales, es Uno y Único y te toca a ti digerirlo, asimilarlo, y, pagarlo.

En el Café Central de Málaga (España) existen diez maneras diez, de pedir un café con leche. Y se corresponden, como no puede ser de otro modo, con las proporciones en que se combinan estos dos elementos.

Bien. Por si sirviera de algo, me atrevo a indicar, bajo mi criterio y responsabilidad, cual sería un término medio para llegar, con un patrón tipo, a acercarse al gusto de una mayoría, ya que está demostrado que las solicitudes particulares, no se oyen, llegan tarde, o en la mayoría de los casos, la costumbre imposibilita su cumplimiento.

Si tenemos en cuenta que lo más bueno del café está en el caldo que se origina al principio de la prensada, es decir el primer líquido, propiamente, que cae, entonces, se debería alargar esta cantidad, si no hay instrucciones específicas, a la medida comprendida entre un dedo grueso de hombre y dos. Como es difícil de precisar la cantidad, se estimaría, como idónea, la obtenida por encima de uno, y, hasta dos, en los dedos regordetes, y, dos dedos como mínimo, y, tres como máximo, si elegimos como modelo los de una señorita. 
Se ha de ser muy vigilante con observar esta regla, pues si nos pasamos, distraídos por salvar una francesa (tortilla) que ya está morena de tostado Uva, entonces no vale con volcar el excedente, con la consiguiente e irreparable pérdida de la parte buena que cayó, y, al no detener el proceso, en su momento, ahora se tiene que volcar. 
Tú insultas para tus adentros al camarero, y, él para desquite te llama caballero, cuando todo el mundo sabe que los caballos se extinguieron en la época del Far West.
Buenas noches.

Son estimables, también:
Trolly Song
João Marcelo
Farolito
Astronauta (Samba Da Pergunta)
Acapulco
Bésame Mucho
Eclipse
A Reventar

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