En el rellano del principal, (nuestro destino) una lámpara auténtica de cuadro de Gioconda falso, da vida al anagrama con nuestro nombre, avisando que ya has llegao.
Una sala de espera, ni grande ni pequeña, con un sofá de sky, (de color aún para catalogar), pero que ya
vuelve a estar de moda, ("es lo último,") nos recibe como antesala a dos puertas, de dos despachos gemelos, con balcón a la calle, imprescindible; tan parejos, que da la sensación que un espejo corriente, los repitiera, duplicandolos.
De elementos decorativos andamos flojos.
Una foto de una cabina telefónica londinense, acompaña, en la entrada, a un galán de noche, que hace todos los turnos, recogiendo, fiel testigo del tiempo, objetos olvidados por los clientes, y, ya tenemos el indispensable sombrero, dos boinas, (capadas), de paraguas, ya hemos rebasao la media docena, una fiambrera, un pay-pay, un cardigan, una tabla de surf, unas bolas chinas, y, un estetoscopio, más un silbato de árbitro de 3ª Regional descendido, forman un conjunto que transmite al rincón, un aire colorista y "divertido", como adjetivan aquellos que, en una mezcla de ignorancia, y, dejadez, califican los más dispares asuntos con este único título.
Fulgen.
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