Bonus:
Poco bueno podré decir hoy, con mis facultades mermadas. Más me valdría estarme callado, absorto, quieto. Sumergido en esta nube en la que floto / flipo. No consigo ordenar mis ideas, y, difícilmente logro expresar lo que siento. No voy fumado, ni tomado; solo subyugado por la extraordinaria, maravillosa voz, de esta interprete. Por su extraña manera de decir los temas, que, los convierte, sorprendentemente, en nuevos, diferentes.
Dime, bonita, como es que no nos habíamos conocido antes?
Insisto, please!, quédate conmigo.
Músicos:
Lorez Alexandria, vocals; Winton Kelly, piano; Bud Shank, flute; Paul Horn, sax; Ray Crawford, guitar; Al McKibbon, bass: Jimmy Cobb, drums; Billy Marx, arranger; Paul Chambers, bass y Victor Feldman, piano y vibrafono.
(Voy a ver si hoy, un día después, me explico.)
Esta turbación mía, se debe, a la voluptuosidad cuasi erótica que expele esta afrodita, esta semi diosa, que como si conociese un atajo, un camino más corto, para ahondar en mi sensibilidad, y, en mi intimidad, irrespetuosamente, a cada frase, a cada nota, me va haciendo más puro y pequeño, comprimiéndome, y, por un momento, me noto, me siento como desarmado, vulnerable, desnudo, y, solo me calma esta ansiedad, volverla a escuchar, otra dosis, para mantener o repetir, nuevamente, ese estado, ajeno al mundo real, al entorno que me rodea, en un juego donde me se, complacido, ya perdedor......
(Creo que lo voy complicando, aún más)